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«Es una maravilla, una magia», fue la expresión de la dirigenta vecinal Luisa Villalobos para describir el dispositivo cuya promesa era obtener agua purificada «del aire». Y claro, para una pequeña comunidad como Cachiyuyo acostumbrada a la austeridad del desierto en la Región de Atacama, esa promesa parecía irreal.

Hace unos seis meses, sus habitantes han experimentado los beneficios de contar con «Freshwater», un dispositivo que recupera agua suspendida en la atmósfera mediante condensación. La filtra, purifica y esteriliza, produciendo hasta 30 litros diarios de este recurso, una cantidad que hoy permite abastecer a los niños del jardín infantil del poblado, el punto elegido por la comunidad para instalar el dispositivo.

El sistema fue desarrollado por la empresa de innovación social también llamada Freshwater.

A través una alianza con el Programa de Prospectiva e Innovación Tecnológica, ProteinLab, de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), tanto el sistema electrónico como la usabilidad del prototipo fueron optimizados. El resultado es que hoy el sistema representa una solución innovadora y accesible para ser implementada en comunidades rurales o remotas con dificultades para abastecerse del vital elemento.

Esta experiencia de asociatividad con impacto social entre la UTEM y una entidad como Freshwater forma parte de la gestión que la universidad desarrolla en materia de vinculación con el medio y transferencia tecnológica.

Así como Proteinlab, la casa de estudios cuenta con otros 18 programas administrados desde las facultades para proveer servicios, innovación y transferencia hacia distintos niveles de la sociedad.

«Nuestra universidad orienta sus esfuerzos a la generación de espacios de interacción que nos permitan ser un aporte a la sociedad y, al mismo tiempo, recibir retroalimentación en nuestras actividades docentes, pues buscamos establecer relaciones bidireccionales y de largo plazo con los sectores públicos, privados y la sociedad civil», destaca Luis Pinto, rector de esta casa de estudios.

Glaciares y emprendimiento

Mientras en Cachiyuyo los niños beben agua de aquel dispositivo, en la Patagonia se está fortaleciendo un atractivo producto turístico: «Provincia de los glaciares». Se trata de un esfuerzo mancomunado que están realizando los pequeños empresarios de las comunas de Tortel, Villa O´Higgins y Cochrane. Se han empeñado en transformar la zona en un destino preferido de turismo de intereses especiales en Chile, teniendo a su favor los extensos Campos de Hielo Norte.

En este desafío tienen un gran aliado. Desde 2013, el Programa de Competitividad Turística de la Facultad de Administración y Economía de la UTEM viene trabajando en forma sistemática en la zona a través de una metodología participativa que involucra a docentes, estudiantes de pregrado, Corfo, municipios y cerca de 70 emprendedores locales, que trabajaron en el fortalecimiento de la competitividad de la oferta turística de la zona, incluyendo redes de trabajo, promoción y comercialización.

«Aquí está todo por hacer, somos una comunidad pequeña, pero con grandes recursos turísticos, y en ese sentido el rol de la UTEM ha sido importante pues nos aportaron la parte profesional», comenta Marcus Campos, emprendedor y dirigente de Villa O´Higgins. «Ellos se impregnaron del territorio y nos ayudaron a poner en valor nuestras bellezas naturales», agrega.

Aprender dando servicios

Esta metodología de «Aprendizaje y Servicio» no solo permite generar impactos positivos hacia el entorno, sino también ayuda a retroalimentar a las carreras a través de la experiencia de docentes y estudiantes al abordar problemáticas sociales reales. Así ocurrió en Cochamó, en la Región de los Lagos, donde el municipio cuenta hoy con su primer sistema de administración territorial; es decir, con una plataforma que contiene mapas digitales de su territorio asociado a información útil, como propiedad, límites y otros.

Esto fue producto del trabajo realizado por la carrera de Ingeniería en Geomensura a través del Programa de Gestión y Administración del Territorio. Elaboraron planos mediante el uso de imágenes captadas por drones en alta resolución y, en complemento, los estudiantes aportaron con la recopilación de información sobre propiedad pública y privada de las zonas urbanas para integrarla al sistema.

«Antes no teníamos esta información. Teníamos que hacer topografía por cada zona. Ahora está a disposición en forma inmediata y completa. Sabemos el límite de cada vecino, de cada terreno y lo vamos a usar para hacer mapas turísticos digitales», señala el alcalde Carlos Soto, quien también destaca el profesionalismo del equipo y el valor de su aporte.

«Logramos una conexión completa con ellos pues vinieron a trabajar con objetivos claros y un plan de trabajo bien definido», agrega.

De esta manera, se desarrolla una experiencia de mutua colaboración, pues en términos de costos para el municipio solo implica cubrir los requerimientos de viaje, alojamiento y alimentación del equipo, al tiempo que docentes y estudiantes ganan experiencia al poner en práctica lo académico y al tener la oportunidad de aportar a la sociedad. Actualmente, el programa está tomando contacto con otros municipios rurales para proponer un convenio de colaboración similar.

Estos y los otros programas impulsados por la UTEM en las áreas como sustentabilidad, cartografía táctil, investigación radiodigital y otras, están configurando un campo de interacción cada vez más estrecho con el entorno.

Fuente: El Mercurio