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Como un paso de una enorme envergadura se califica un proyecto desarrollado por la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) en la Región de O’Higgins con pequeños agricultores, agrupados socialmente en torno a un modelo cooperativo de producción, el que permitirá incorporar tecnología de avanzada a sus procesos, incluyendo energías renovables.

Se trata del proyecto para una “planta Procesadora Inteligente de Hortalizas y Frutas de productores pertenecientes al modelo cooperativo de Coopeumo”, ejecutado por Universidad con la Cooperativa Campesina Intercomunal Peumo (COOPEUMO), que desarrolla una actividad productiva en la comuna de Peumo, a 150 kilómetros al sur de Santiago de Chile.

El Gerente de Coopeumo, Jorge Quintanilla, indica que “somos una cooperativa de servicios hacia sus asociados a través de la venta de insumos agrícolas, créditos, provisión de asistencia técnica, comercialización, desarrollo de proyectos, los cuales le permiten sostener su funcionamiento”. Fue fundada en marzo de 1969 como parte de la Reforma Agraria y el apoyo del Estado entonces otorgaba a la organización campesina y al desarrollo rural, agrupando a pequeños propietarios y asalariados.

La UTEM es parte del proyecto a través de la Dirección de Transferencia Tecnológica de la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión, el Programa de Institucional de Innovación, Innova UTEM; Programa de Prospectiva e Innovación Tecnológica, ProteinLab; Programa de Ingeniería Concurrente y Programa Tecnológico del Envase, Proten y el Programa de Energías Renovables y No Convencionales (ERNC) para el Desarrollo Sustentable, estos últimos de la Facultad de Ingeniería.

“Es el tránsito de la pequeña agricultura a la agroindustria”, manifiesta Sebastián Tolvett, encargado del Programa de Ingeniería Concurrente de la Facultad de Ingeniería. Por su parte, Héctor Torres, encargado del Programa Institucional de Innovación, Innova UTEM, asegura que “para la UTEM y su área de innovación este proyecto es muy importante, ya que representa una nueva manera de enfrentar proyectos complejos, mediante el trabajo colaborativo de los diferentes programas, los cuales han unido sus capacidades y experiencia para concretar objetivos comunes. Este es un gran paso para abordar nuevos desafíos de innovación que requieren de trabajo interdisciplinario orientado al desarrollo y aplicación de tecnologías”.

“Es un proyecto financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC)”, indica Jaime Saavedra, encargado de la Dirección de Transferencia Tecnológica de la UTEM. El FIC es el principal instrumento del Estado para dotar de nuevos y mayores recursos los distintos esfuerzos públicos para promover la innovación, destinando recursos a proyectos de investigación científica, innovación empresarial y emprendimiento. Fue asignado por el Gobierno Regional de O’Higgins en mérito a variables como mérito innovador, impacto del proyecto, calidad de la propuesta y rentabilidad social.

El proyecto consiste en la implementación de una planta procesadora de productos agroindustriales basados en frutas y hortalizas de productores asociados a COOPEUMO, capaz de optimizar el uso de sus recursos energéticos mediante el uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), no generando residuos industriales innecesarios y administrando de manera eficiente e inteligente sus procesos de producción, gestión y articulación de la innovación, bajo el concepto “Smart Factory” en agroindustria.

“Smart Factory” es un nuevo concepto surgido de lo que se ha denominado “Industria 4.0.”. Se trata de que las fábricas sean capaces de adaptarse de forma ininterrumpida e inmediata a distintas tareas, y en particular incluye características como que los centros de producción sean más sostenibles e inteligentes, con rasgos como la robotización, la conectividad, la apuesta por energías renovables, Big Data e interacción con el mercado. En definitiva, se habla de una “fábrica inteligente”.

La UTEM opera en el proyecto como ente generador de conocimiento, acompañamiento en la innovación empresarial, y adquisición e instalación de las tecnologías Smart. Así, se traspasarán los conocimientos y las capacidades creadas en los distintos programas de transferencia tecnológica de la UTEM, mediante acciones de vinculación y la agregación de valor a los productos actualmente comercializados por los pequeños productores de COOPEUMO. En este sentido, se incentivará la incorporación de tecnología Smart a sus procesos productivos tradicionales, para mejorar en forma significativa los estándares de calidad de sus procesos y productos.

Jorge Quintanilla explica que las relaciones con la UTEM no son nuevas. “Ya tuvimos una experiencia positiva en el desafío de incorporar tecnología en los procesos productivos y de innovación en las estrategias de pequeños productores agrícolas con un proyecto sobre capacidad productiva y comercial de vino y ciruela”. Al respecto, señala que “para nosotros, la UTEM es un socio estratégico”.

En este sentido, indica que la iniciativa hoy en ejecución tiene, también, el objetivo de “agregar valor a los productos, dar los primeros pasos para pasar a una etapa superior de la transformación de las materias propias, permitiendo el tránsito de los pequeños productores a la agroindustria: en el marco de su gestión cooperativa, pero asumiendo el desafío de la tecnología, los nuevos procesos productivos y los nuevos canales para la comercialización”.

Por su parte, Sebastián Tolvett reflexiona que la actividad agrícola “constituye sector relevante de la economía nacional”, siendo la pequeña agricultura uno de sus actores principales. “Sin embargo, han sido insuficientes las acciones tendientes a desarrollar tecnologías para el desarrollo de la productividad en este sector, que impliquen agregar valor a sus productos. Hay que dejar atrás la etapa de los commodities. Ello es una exigencia en el contexto de los mercados actuales”, precisa.

Por ello, considera que el proyecto FIC puesto en marcha en la Región de O’Higgins es “una de las expresiones de la misión de la UTEM, en el sentido de ser una contribución al desarrollo nacional, en este caso realizando una acción consistente con los pequeños productores agrícolas en el ámbito de la transferencia de conocimientos y tecnología, lo que es coherente con el carácter de universidad inserta en la complejidad tecnológica. Ello redundará necesariamente en mejorar la productividad y la competitividad de los pequeños productores con los cuales estamos trabajando”.

Hugo Durney, encargado del Programa de Energías Renovables No Convencionales para el Desarrollo Sustentable de la Facultad de Ingeniería de la UTEM, subraya que se trata de “un proyecto que está alineado con los sellos institucionales de la UTEM y responde a las estrategias y desafíos de desarrollo sustentable planteados en las distintas estrategias nacionales en las que podemos y debemos colaborar como Universidad del Estado”, acota.

En este sentido, valora positivamente que, en torno a esta perspectiva, se instalara un proyecto que se funda en una alianza entre la academia, que se expresa en la UTEM; el Estado y el poder público; y la sociedad civil y el sector productivo, que en este caso se expresa en una red cooperativa de pequeños productores agrícolas, “que se encuentran muy motivados con el proyecto, entusiasmados con la propuesta de modernizar los procesos de producción, conscientes de que ello derivará en una mejor calidad de vida del conjunto de los socios de la Cooperativa y sus familias, compartiendo los objetivos de impacto social y de multiplicación de ese impacto”.

Durney reflexiona que la antigua desatención al mundo rural debe ser enfrentada, en dimensiones tan básicas como dotar de conectividad a Internet a las zonas en la cuales se realiza actividad productiva, como es uno de los desafíos que se han impuesto los socios de COOPEUMO. “Los procesos y acciones que debemos ejecutar en el proyecto requieren de colaboración permanente y virtuosa entre la Universidad y la Cooperativa, lo que genera capital social y crea mejores condiciones para avanzar a la modernización sustentable e inteligente de la pequeña industria agrícola regional”, manifiesta.

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