Noticias

La llegada al poder de figuras como Jair Bolsonaro son una clara consecuencia de una sociedad dominada por la incertidumbre y que se encuentra insatisfecha por aspiraciones sociales no resueltas.

Por Máximo Quitral
Historiador y politólogo
Universidad Tecnológica Metropolitana, UTEM.

A fines de 2017 publiqué mi primer libro de ensayo titulado “la estética del dolor social”, donde reflexioné histórica y sociológicamente sobre el Chile de hoy. En uno de los capítulos abordé el fenómeno social de la incertidumbre, intentando ofrecer algunas explicaciones para comprender la emergencia de este fenómeno. Ciertamente la discusión teórica y analítica de la incertidumbre ya no es una cuestión que compete sólo a la sociedad chilena, sino que hoy se ha convertido en un problema global, que debe ser abordado por las ciencias sociales en general para entregar algunas respuestas sobre el impacto producido por la incertidumbre en el individuo y en la política. Una definición mínima de incertidumbre sería la falta de certeza sobre algo que genera inseguridad. Esa inseguridad la asocio al tema del trabajo, el cual se ha visto debilitado por efectos de las sucesivas crisis económicas y su posterior precarización. La más reciente, la crisis subprime de 2008, marcó un antes y un después, pues tornó a las sociedades en colectivos frágiles, temerosos, desconfiados y llenos de incertezas sobre su futuro, algo abordado en el texto llamado “América Latina, nuevas miradas desde el Sur” editado por Ediciones UTEM.

Robert Castel, Zigmunt Bauman o Norbert Lechner también analizaron la incertidumbre y sus implicancias sociales en términos de contradicción entre promesas y aspiraciones de una sociedad moderna, ubicando a la política en esa esfera de discusión. Sin duda, Latinoamérica no escapa a esta reflexión sociológica, pues también ha sucumbido a la relación entre promesa, fracaso e incertidumbre, obligando a cuestionar desde una perspectiva histórica y sociológica, el efecto sociopolítico de la incertidumbre en sociedades post industrializadas o en el avance de fuerzas políticas de ultra derecha o derecha radical en la región, que han endurecido su discurso frente a la precarización de amplios sectores sociales y que ha logrado una representación parlamentaria que empodera un discurso de la violencia. Un ejemplo de esto es la llegada al poder de Jair Bolsonaro, un político que ha revalorizado las dictaduras y que amenazó con eliminar de las salas de clases lecturas como las de Paulo Freire y su pedagogía del oprimido, por considerarla nocivas para la educación de los estudiantes. Este texto, recientemente editado por la editorial de la Universidad Tecnológica Metropolitana, es un trabajo con un fuerte componente crítico, que busca la construcción de un individuo que pueda transformar su propia realidad histórica y construir un futuro más promisorio para los suyos.

La llegada al poder de figuras como Jair Bolsonaro son una clara consecuencia de una sociedad dominada por la incertidumbre y que se encuentra insatisfecha por aspiraciones sociales no resueltas, pero que ven en estos actores políticos la fórmula precisa para lograr mayor certeza social. Son individuos que viven dominados por la inseguridad que les brinda el sistema, que les provoca incertidumbre su futuro social y político, viviendo el día día sin saber el mañana que les espera. Son sujetos colectivos que no están seguros de contar con un trabajo estable o de tener certeza de poder mantenerlo, y por ende, de acceder a los recursos suficientes para vivir con dignidad y educar a sus hijos o hijas. En el fondo, la pérdida de la certeza de un futuro promisorio y el retroceso de un aparente progreso material, son razones que explican por qué los sujetos inseguros en sus vidas buscan en personeros políticos como Bolsonaro, las herramientas cognitivas para alejar al fantasma de la incertidumbre de su imaginario. ¿Cómo podemos erradicar la incertidumbre? Esa es una pregunta que espero poder resolver en una próxima publicación.